
Ai Weiwei
16 de febrero 2011
Rosario Romero
12:30 pm / trae tu almuerzo
La impresionante y gigantesca sala de turbinas de la Tate Modern de Londres, se llenó de semillas de girasol: pipas de girasol, uno de los snacks preferidos por los chinos. Se dice que las pipas de girasol fueron un soporte material y espiritual de la revolución de Mao. El artista que ha decidido inundar el espacio con este elemento es el disidente chino Ai Weiwei que ha usado millones de pipas de porcelana pintadas a mano por cientos de artesanos. En torno a 1,600 personas que pintaron unas 60,000 pipas cada una.
Indudablemente, la obra tiene varias lecturas y todas ellas nos remiten al contexto político y social de China, la China comunista.
Ai Weiwei es adicto a Twitter, así que recibe y contesta los mensajes que le envían: diálogo global, lo llaman los responsables de la Tate Modern londinense. Todo esto unido al arresto domiciliario que ha sufrido el artista, la demolición de su estudio taller en Pekin y la prohibición de tener un blog por sus ideas disidentes, hace que la polémica esté servida.